Conoce los 4 métodos más sencillos para planificar tus gastos y ahorrar 🤗🙋‍♂💳💸💵

La luz, el internet, el plan telefónico, la gasolina… ¡aiuuuuda!
Relaja la vena, que si te organizas con tus gastos diarios hay chance de ahorrar para los chicles (tus cariñitos pues).
En estos tiempos medio austeros en los que se trabaja mucho y se gasta aún más, es normal perder la calma cuando “el efe” se acaba antes de lo planeado. Irónicamente se acaba antes de lo planeado, porque así que tú digas “qué buen administrador soy”, pues… El chiste se cuenta solo.
No se necesita ser un experto en finanzas, sino de aprender a administrarte y no gastar más de lo que ganas. Así de simple. Pero la intensión es echarte la mano con ese dolor de cabeza, así que aquí te van los

4 métodos para ahorrar

  1. Método 50-30-20. Este es el bueno para los que cuentan con un ingreso estable, pero no logran ahorrar porque sus compras imprevistas se lo impiden. Sólo tienes que dividir tu sueldo en porcentajes: 50% para gastos básicos mensuales (luz, agua, teléfono y alimentos).  El 30% déjalo para los otros gastos fijos que, si bien los consideras indispensables, no son tan imprescindibles. Por ejemplo: internet (sobreviviste muchos años sin él, así que pasa a segundo término), tv de paga o ropa. Por último, el 20% para gastos imprevistos y ahorros.
  2. Método sencillo: ideal para quienes no se quieren complicar la vida y evitan ponerse límites extremos. Sólo tienes que separar el presupuesto en dos partes: gastos constantes y todo lo demás. Los gastos constantes son aquellos indispensables, como la luz, la renta, el agua, el teléfono y obvio la comida. El resto (cafés de más de $50 por taza, restaurantes, conciertos, cine, zapatos para tap (a menos que seas un bailarín de tap), y demás cositos que son sólo gustitos) pasa a segundo término.
  3. Método de presupuesto básico. Apto para personas con ingresos variables y con deseos de ahorrar. Lo primero que hay que hacer aquí es determinar tu ingreso mínimo mensual y calcular la cantidad necesaria para cubrir los gastos básicos (los antes mencionados: luz, renta, agua, comida). Todo extra que caiga, destínalo a objetivos a largo plazo.
  4. Método de subsidio semanal. Esta es la triste historia de muchos: como cuando no acaba la quincena pero ya te quedaste a pie. Primero, calcula cuánto de tu ingreso mensual piensas gastar (gastos fijos) y cuánto quieres ahorrar. Separa. El primer tanto, divídelo en cuatro y págate pequeños subsidios semanales -válidos para gastar en lo que quieras), pero sin superar el límite semanal. De este modo, no tendrás que tomar dinero de más y podrás guardar un poquito.
¿Ves que no es tan difícil? Para darte una ayudadita extra, puedes llevar una bitácora de tus gastos en una libreta compacta que puedas llevar a todos lados.


Entradas más populares de este blog

La importancia de la disciplina en los emprendedores

Bocetar en papel: la técnica milenaria del creativo aplicada hoy. ✍👨‍🎨